Todo final es un principio
Claudia celebra sola la nochevieja. Por decisión propia.
No le faltan los canapés de la tienda de la esquina, los de sobrasada son sus preferidos, ni las botellas de cava bien frío, sí, botellas, en plural. Quien dijo que beber solo es de perdedores, no conoce el placer de un buen espumoso, unas velas aromáticas y tu pijama favorito.
Quiere pensar con tranquilidad, se propone montar un puzle complicado, el de su vida, sin distracciones. Evaluar dónde colocar cada pieza, tomar decisiones importantes. Sabe que siempre costará encajar alguna, otras estarán un poco estropeadas. ¡Horror!, ¿falta una? ¿Estará debajo del sofá?
Este será su año, no porque tenga un mejor puesto de trabajo, unas vacaciones en el lugar de moda, o más dinero, que también ayuda, cierto. Lo será porque tiene un compromiso consigo misma. Se permitirá ser quien es. Por fin. Y empieza con algo que siempre ha deseado: despedir el año y darle la bienvenida al nuevo sola, sin compromisos o presiones familiares. Se lo pide el cuerpo.
Y Claudia sellará el trato con las botellas de cava que hagan falta. Le apetece rosado.
Por Claudia, por ti, por mí. Este será nuestro año, pase lo que pase, no solo porque nos lo merecemos, sino porque vamos a luchar por ello.
¡Feliz 2022!